MOVIE REVIEW: “Crypto Boy” (2023)

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This publication was also writen in SPANISH and PORTUGUESE.

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IMDb

Synopsis: After yet another confrontation with his father involving a traditional family business, a young man is deceived by the instigating promises of freedom within the financial market made by a businessman who works with cryptocurrencies.

Since the powerful blockchain technology arrived, much has been said about its reach and more practical effect within all the sectors in which it can be applied. It quickly spread within the world of finance, and with it, brought an innovative branch to the financial market: the economy based on digital assets that are popularly known as cryptocurrencies. Between gains and losses, this investment option is gaining more and more popularity, but just like any other type of investment, there is a good side and a bad side.

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Observatório do Cinema

This Dutch drama is about that, because the script tries to explore both sides of the same coin. Even though the narrative is quite superficial and developed with evident precariousness on this more specific topic (the world of cryptocurrencies), the plot that takes place around all of this ends up revealing itself to be a very captivating drama with a very positive message between the lines. The script is built on a very shallow basis, but with good execution in the general context, the narrative has a satisfactory pace, but which is also sometimes too fast.

Basically, the “villain” of the movie is the ponzi scheme that is sold by Roy (a kind of tycoon and coach who talks about cryptocurrencies with the aim of influencing new people and turning them into possible new investors in his company) to young Amir, who ends up purposefully crossing his path in his search for financial freedom, but he had no idea what Roy's company actually was, and betting on this chance for change, his days change from water to wine. However, not all that glitters is gold, and sometimes it's too late to realize that.

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Decider

Everything seems very promising for the young and dreamy Amir, who begins to earn more and more money and becomes increasingly deluded by a world of parties and fun (at the same time as he becomes more skittish and aggressive towards his own father), but everything finally comes crashing down when Roy begins to be investigated by the law and consequently Amir himself is affected by the same investigation. At this point, the movie reaches its dramatic peak and explodes with a tangle of questions about different types of feelings. Among them, frustration, impotence and a sense of injustice.

In terms of narrative, the movie is really functional and manages to capture the attention of those on the other side of the screen and this is great because it proves to be a good dramatic movie, but in its “backbone” (which would be the dive into of corruption schemes within the cryptocurrency universe and what all this can do to the lives of those who are deceived by them in some way), it is very weak because it only flirts with this argument to enhance the dramatic arc that is the point that really supports the project. The balance is positive, but it could go further.

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Digital Mafia Talkies

There are very interesting moments where the ponzi scheme is portrayed on screen, as well as how the new victims manage to be convinced by the “dream sellers” who always have a great speech ready to be used when a new chance appears. At other times, there are also mentions about the hegemony of more traditional financial institutions (banks) and how these workers need to understand that they are not the ones who should work to be “hostages” to money... But rather, convince them that It's money that needs to work for them in this world.

These layers that surround the movie manage to support it, but it is very evident that the project only scratches the debate about the pitfalls of the world of cryptocurrencies and uses its characters more appropriately in its dramatic developments (which, by the way, are very interesting and provocative). The father-son relationship between Omar and Amir is very beautiful, and even though they have an exhausting conflict about the past and future involving the family company, one doesn't give up on the other and they face their fears and help each other whenever they need it (as do their friends).

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NPO

Crypto Boy is a type of movie that works as a warning to investors who are more influential, and using the character Amir (with a good performance by Shahine El-Hamus, who in addition to being the protagonist, also works as screenwriter and director... delivering a regular job, but still functional, even with its subjectively implicit ending) as a young man tired of living a poor life and wants to help save the family business, brings a debate about false promises of a world that It can be dangerous when you don't know where you are stepping.

[ OFFICIAL TRAILER ]


CRÍTICA DE PELÍCULA: “Crypto Boy” (2023)

Sinopsis: Después de otro enfrentamiento con su padre relacionado con un tradicional negocio familiar, un joven es engañado por las instigadoras promesas de libertad dentro del mercado financiero hechas por un empresario que trabaja con criptomonedas.

Desde que llegó la potente tecnología blockchain mucho se ha hablado de su alcance y efecto más práctico dentro de todos los sectores en los que se puede aplicar. Rápidamente se extendió dentro del mundo de las finanzas y, con ello, trajo una rama innovadora al mercado financiero: la economía basada en activos digitales que se conocen popularmente como criptomonedas. Entre ganancias y pérdidas, esta opción de inversión cada vez está ganando más popularidad, pero como cualquier otro tipo de inversión, tiene su lado bueno y su lado malo.

Este drama holandés trata de eso, porque el guión intenta explorar ambas caras de la misma moneda. Si bien la narrativa es bastante superficial y se desarrolla con evidente precariedad sobre este tema más específico (el mundo de las criptomonedas), la trama que se desarrolla en torno a todo esto termina revelándose como un drama muy cautivador con un mensaje muy positivo entre los líneas. El guión está construido sobre una base muy superficial, pero con una buena ejecución en el contexto general, la narración tiene un ritmo satisfactorio, aunque a veces también demasiado rápido.

Básicamente, el “villano” de la película es el esquema ponzi que le vende Roy (una especie de magnate y coach que habla de criptomonedas con el objetivo de influir en nuevas personas y convertirlas en posibles nuevos inversores en su empresa) al joven Amir, quien termina cruzándose en su camino a propósito en su búsqueda de libertad financiera, pero no tenía idea de qué era realmente la empresa de Roy, y apostando por esta oportunidad de cambio, sus días pasan del agua al vino. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y a veces es demasiado tarde para darse cuenta de ello.

Todo parece muy prometedor para el joven y soñador Amir, que empieza a ganar cada vez más dinero y se deja engañar cada vez más por un mundo de fiestas y diversión (al mismo tiempo que se vuelve más asustadizo y agresivo con su propio padre), pero todo finalmente se derrumba cuando Roy comienza a ser investigado por la ley y en consecuencia el propio Amir se ve afectado por la misma investigación. En este punto, la película alcanza su clímax dramático y estalla con una maraña de preguntas sobre diferentes tipos de sentimientos. Entre ellos, la frustración, la impotencia y el sentimiento de injusticia.

En términos narrativos, la película es realmente funcional y logra captar la atención de quienes están al otro lado de la pantalla y esto es genial porque demuestra ser una buena película dramática, pero en su “columna vertebral” (que sería la profundizar en los esquemas de corrupción dentro del universo de las criptomonedas y lo que todo esto puede hacer en las vidas de aquellos que son engañados por ellas de alguna manera), es muy débil porque solo coquetea con este argumento para realzar el arco dramático que es el punto. que realmente apoya el proyecto. El balance es positivo, pero podría ir a más.

Hay momentos muy interesantes donde el esquema ponzi se retrata en pantalla, así como cómo las nuevas víctimas logran ser convencidas por los “vendedores de sueños” que siempre tienen un gran discurso listo para ser utilizado cuando aparece una nueva oportunidad. En otras ocasiones, también se menciona la hegemonía de las instituciones financieras más tradicionales (bancos) y cómo estos trabajadores deben entender que no son ellos quienes deben trabajar para ser “rehenes” del dinero... Sino convencerlos de que que es el dinero el que necesita trabajar para ellos en este mundo.

Estas capas que envuelven la película logran sostenerla, pero es muy evidente que el proyecto sólo araña el debate sobre los escollos del mundo de las criptomonedas y utiliza de manera más adecuada a sus personajes en sus desarrollos dramáticos (que, por cierto, son muy interesante y provocativo). La relación de padre e hijo entre Omar y Amir es muy hermosa, y aunque tienen un conflicto agotador sobre el pasado y el futuro que involucra a la empresa familiar, uno no se rinde ante el otro y enfrentan sus miedos y se ayudan mutuamente cuando lo necesitan (al igual que sus amigos).

Crypto Boy es un tipo de película que funciona como una advertencia a los inversores que son más influyentes, y utilizando el personaje de Amir (con una buena interpretación de Shahine El-Hamus, que además de protagonista, también trabaja como guionista y director... entregar un trabajo regular, pero aún funcional, incluso con su final subjetivamente implícito) como un joven cansado de vivir una vida pobre y quiere ayudar a salvar el negocio familiar, genera un debate sobre las falsas promesas de un mundo que puede ser peligroso cuando no sabes dónde estás pisando.


CRÍTICA DE FILME: “Crypto Boy” (2023)

Sinopse: Após mais um confronto com o pai envolvendo um negócio tradicional de família, um jovem se ilude com as instigantes promessas de liberdade dentro do mercado financeiro que são feitas por um empresário que trabalha com criptomoedas.

Desde que a poderosa tecnologia blockchain chegou, muito vem sendo falado sobre o seu alcance e efeito mais prático dentro de todos os setores em que ela pode ser aplicada. Rapidamente, ela se alastrou dentro do mundo das finanças, e com elas, trouxe uma ramificação inovadora para o mercado financeiro: a economia baseada em ativos digitais que são popularmente conhecidos como criptomoedas. Entre ganhos e perdas, essa opção de investimento vem ganhando cada vez mais popularidade, mas assim como qualquer outro tipo de investimento, existe um lado bom e um lado ruim.

Este drama holandês é sobre isso, porque o roteiro tenta explorar os dois lados de uma mesma moeda. Mesmo que à narrativa seja bastante superficial e desenvolvida com uma precariedade evidente sobre esse tema mais específico (o mundo das criptomoedas), à trama que acontece ao redor de tudo isso acaba se revelando um drama muito cativante e com uma mensagem muito positiva nas suas entrelinhas. O roteiro é construído com uma base muito rasa, mas com uma boa execução no contexto geral, à narrativa tem um ritmo satisfatório, mas que às vezes também é rápido demais.

Basicamente, o “vilão” do filme é o esquema ponzi que é vendido por Roy (uma espécie de magnata e coach que fala sobre criptomoedas com o objetivo de influenciar novas e e torna-las em possíveis novos investidores em sua empresa) para o jovem Amir, que acaba cruzando o caminho dele de maneira proposital em sua busca por liberdade financeira, mas ele não fazia ideia do que a empresa de Roy era na verdade, e apostando nessa chance de mudança, os seus dias mudam da água para o vinho. No entanto, nem tudo o que reluz é ouro, e às vezes é tarde demais para perceber isso.

Tudo parece muito promissor para o jovem e sonhador Amir, que começa a ganhar cada vez mais dinheiro e a ficar cada vez mais iludido com um mundo de festas e diversão (ao mesmo tempo em que fica mais arisco e agressivo com o próprio pai), mas tudo finalmente desabar quando Roy começa a ser investigado pela justiça e consequentemente o próprio Amir é atingido pela mesma investigação. Neste ponto, o filme atinge o seu ápice dramático e explode com um emaranhado de questões sobre diversos tipos de sentimentos. Dentre eles, frustação, impotência e senso de injustiça.

Em termos de narrativa, o filme é realmente funcional e consegue captar à atenção de quem está do outro lado da tela e isso é ótimo porque ele se prova como um bom filme dramático, mas em sua “espinha dorsal” (que seria o mergulho dentro dos esquemas de corrupção dentro do universo das criptomoedas e sobre o que tudo isso pode causar na vida de quem é enganado por eles de alguma forma), ele é muito fraco porque ele apenas flerta com esse argumento para potencializar o arco dramático que é o ponto que realmente sustenta o projeto. O saldo é positivo, mas poderia ir além.

Há momentos bem interessantes onde o esquema ponzi é retratado na tela, assim como as novas vítimas conseguem ser convencidas pelos “vendedores de sonhos” que sempre tem um ótimo discurso pronto para ser usado quando uma nova chance aparece. Em outros momentos, há também menções sobre a hegemonia das instituições financeiras mais tradicionais (bancos) e sobre como esses trabalhadores precisam entender que não são eles que devem trabalhar para serem “reféns” do dinheiro... Mas sim, convencê-los de que é o dinheiro que precisa trabalhar para eles nesse mundo.

Essas camadas que cercam o filme conseguem dar sustentação para ele, mas fica muito evidente que o projeto apenas arranha o debate sobre as armadilhas do mundo das criptomoedas e usa os seus personagens com mais propriedade em seus desenvolvimentos dramáticos (que aliás, são bem interessantes e provocativos). A relação de pai e filho entre Omar e Amir é muito bonita, e mesmo tendo um conflito exaustivo sobre passado e futuro envolvendo a empresa da família, um não desiste do outro e enfrentam seus medos e se ajudam sempre que precisam (assim como seus amigos).

Crypto Boy é um tipo de filme que funciona como um alerta para os investidores que mais influenciáveis, e usando o personagem Amir (com uma boa interpretação de Shahine El-Hamus, que além de ser o protagonista, também acumula as funções de roteirista e diretor... entregando um trabalho regular, mas ainda sim funcional, mesmo com o seu final subjetivamente implícito) como um jovem cansado de viver uma vida pobre e quer ajudar a salvar o negócio da família, traz um debate sobre promessas falsas de um mundo que pode ser perigoso quando você não sabe onde está pisando.



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Although it focuses on personal and family drama, it offers a window into the complexities and temptations of the cryptocurrency market, a topic that remains relevant and constantly evolving.

According to your review, what I find truly significant is Amir's story; caught between the desire for financial freedom and the consequences of his decisions, it reflects a common dilemma in the digital age: the pursuit of quick wealth through technologically advanced, but ethically questionable means.