MOVIE REVIEW: “A Family Affair” (2024)

Synopsis: Brooke is a writer who is facing creative block. Zara is an aspiring secretary and production assistant. They are mother and daughter, but the arrival of Chris (who is a very famous actor and Zara's boss) brings a “dark” cloud to the family dynamic when he begins an unexpected romance with Brooke.

In yet another of its most recent generic productions, Netflix is betting on a star-studded cast to try to captivate its audience. Somehow this project manages to do this through the simplicity of a very shallow script, but which in essence brings a very interesting (although poorly developed) specific debate about the complications of love (in this case, touching on the age difference between the lovers), about sex and about appropriating your identity. The script is not a total disaster, but it could have been used much better if it had been better directed.

Trying to get it back her career as a writer, Brooke is experiencing a difficult phase in her life. Meanwhile, Zara, his daughter, tries to start a career as a movie production assistant. However, all she has is a job as secretary to superstar Chris, who is a rather self-centered and uncompromising actor. After resigning for not having her work properly valued, Zara is lost and everything gets even worse when she discovers that her own mother is having an affair with her ex-boss. Now there are barbs scattered all over the family.

This is the premise that tries to sustain the entire movie, but unfortunately it ends up not fully working. The big problem here is the fact that the script is inconsistent because it doesn't know exactly which of the main subplots it should treat as a priority. The dramatic and comedic conflicts that take place here are often disconnected, and this ends up weakening the plot itself, because there is no way to establish a solid bridge within the narrative. This lack of focus ends up bringing a partially frustrating result, but it still has some good moments.

The complex side of stardom interfering with a celebrity's private life ends up setting the tone of the story, which is mixed with family dramas so that the plot can be lengthened and seasoned with some other elements. The essence of the idea is interesting, but the decisions in the script are almost always wrong and end up confusing the journey of the project, which becomes more requested throughout its projection time (which, in fact, could be much shorter). I had a clear feeling that the script was quite long, considering the lack of density of the themes portrayed.

In general, the comedy doesn't have many jokes. On the other hand, the drama also follows the same line and even wastes great moments to discuss more sensitive topics for women themselves, such as the relationships between mothers and daughters in aspects other than the maternal bond. There is no harmony between the genres, and the movie continues to drag on until its climax, which looks more like the end of a television series of very dubious quality. The development of the plot has a nice rhythm, but the way it is done is corny, in addition to its tedious ending.

Nicole Kidman is an excellent actress (personally speaking, she is one of my favorite actresses), but she had no way of saving a script so full of problems. Zac Efron is an actor of questionable quality (I don't need to say anything more). The chemistry between their respective characters is below zero (even with a relatively cool plot development) and the beginning of their romance is very awkward. The big surprise of the cast is Joey King, who is extremely charismatic and natural in the construction of her character. Kathy Bates does an appearance.

Although it has a competent technical production, the film could have been more natural and less artificial (although this plot in itself can already be considered artificial due to the way it is constructed). There are moments when everything is too insipid to be appreciated with better taste. The mismatch between scenes becomes visually clear when the editing of scenes manages to be efficient at some moments, but at other times it is poorly thought out and brutally “raw” due to the cuts and scenarios chosen. The production has a high budget and could have done something better.

A Family Affair is just an easily forgettable entertainment, but it is still worth watching for the good atmosphere and lightness it brings. Written by Carrie Solomon (who here brings a concentrated dose of lack of creativity) and directed by Richard LaGravenese with a visible and demotivating level of apathy, the project has Netflix's seal and marketing to increase the streaming channel's catalog, and in fact it does, but with a bland plot, lacking better developed narratives (as well as its characters) and a very inefficient set of jokes.

Sinopsis: Brooke es una escritora que se enfrenta a un bloqueo creativo. Zara es una aspirante a secretaria y asistente de producción. Son madre e hija, pero la llegada de Chris (que es un actor muy famoso y jefe de Zara) trae una nube “oscura” a la dinámica familiar cuando comienza un romance inesperado con Brooke.

En otra de sus producciones genéricas más recientes, Netflix apuesta por un reparto repleto de estrellas para intentar cautivar a su audiencia. De alguna manera este proyecto logra hacerlo a través de la simplicidad de un guión muy superficial, pero que en esencia trae un debate específico muy interesante (aunque poco desarrollado) sobre las complicaciones del amor (en este caso, tocando la diferencia de edad entre los amantes), sobre sexo y sobre apropiarse de tu identidad. El guión no es un desastre total, pero se podría haber aprovechado mucho mejor si hubiera estado mejor dirigido.

Al intentar retomar su carrera como escritora, Brooke está atravesando una fase difícil de su vida. Mientras tanto, Zara, su hija, intenta iniciar una carrera como asistente de producción cinematográfica. Sin embargo, lo único que tiene es un trabajo como secretaria de la superestrella Chris, que es un actor bastante egocéntrico e intransigente. Tras dimitir por no valorar adecuadamente su trabajo, Zara se pierde y todo empeora cuando descubre que su propia madre está teniendo un romance con su exjefe. Ahora hay púas esparcidas por toda la familia.

Esta es la premisa que intenta sostener toda la película, pero lamentablemente termina no funcionando del todo. El gran problema aquí es el hecho de que el guión es inconsistente porque no sabe exactamente cuál de las subtramas principales debe tratar como prioridad. Los conflictos dramáticos y cómicos que aquí se desarrollan muchas veces están desconectados, y esto termina por debilitar la propia trama, porque no hay forma de establecer un puente sólido dentro de la narrativa. Esta falta de concentración acaba trayendo un resultado parcialmente frustrante, pero aún así tiene algunos buenos momentos.

El lado complejo del estrellato interfiriendo en la vida privada de una celebridad acaba marcando el tono de la historia, que se mezcla con dramas familiares para que la trama se pueda alargar y aderezar con algún que otro elemento. La esencia de la idea es interesante, pero las decisiones del guion casi siempre son equivocadas y acaban confundiendo el recorrido del proyecto, que se vuelve más solicitado a lo largo de su tiempo de proyección (que, de hecho, podría ser mucho más corto). Tenía la clara sensación de que el guión era bastante largo, teniendo en cuenta la falta de densidad de los temas retratados.

En general, la comedia no tiene muchos chistes. Por otro lado, el drama también sigue la misma línea e incluso desperdicia grandes momentos para tratar temas más sensibles para las propias mujeres, como las relaciones entre madres e hijas en aspectos distintos al vínculo materno. No hay armonía entre los géneros y la película se prolonga hasta su clímax, que más bien parece el final de una serie de televisión de muy dudosa calidad. El desarrollo de la trama tiene un bonito ritmo, pero la forma en que está hecha es cursi, además de su tedioso final.

Nicole Kidman es una excelente actriz (personalmente, es una de mis actrices favoritas), pero no tenía forma de salvar un guión tan lleno de problemas. Zac Efron es un actor de calidad cuestionable (no hace falta decir nada más). La química entre sus respectivos personajes está bajo cero (incluso con un desarrollo argumental relativamente bueno) y el comienzo de su romance es muy incómodo. La gran sorpresa del elenco es Joey King, quien se muestra sumamente carismático y natural en la construcción de su personaje. Kathy Bates hace una aparición.

Aunque cuenta con una producción técnica competente, la película podría haber sido más natural y menos artificial (aunque esta trama de por sí ya puede considerarse artificial por la forma en que está construida). Hay momentos en los que todo es demasiado insípido para apreciarlo con mejor gusto. El desajuste entre escenas se vuelve visualmente evidente cuando el montaje de escenas logra ser eficiente en algunos momentos, pero en otros está mal pensado y brutalmente “crudo” debido a los cortes y escenarios elegidos. La producción tiene un presupuesto elevado y podría haber hecho algo mejor.

Un asunto familiar es simplemente un entretenimiento fácilmente olvidable, pero aún así vale la pena verlo por el buen ambiente y la ligereza que aporta. Escrito por Carrie Solomon (que aquí aporta una dosis concentrada de falta de creatividad) y dirigido por Richard LaGravenese con un nivel de apatía visible y desmotivador, el proyecto tiene el sello y el marketing de Netflix para incrementar el catálogo del canal de streaming, y de hecho lo tiene. pero con una trama insulsa, carente de narrativas mejor desarrolladas (así como de sus personajes) y un conjunto de chistes muy ineficaces.

Sinopse: Brooke é uma escritora que está enfrentando um bloquei criativo. Zara é uma secretária aspirante a assistente de produção. Elas são mãe e filha, mas a chegada de Chris (que é um ator bastante famoso é o chefe de Zara) traz uma nuvem “sombria” para à dinâmica familiar quando ele começa um romance inesperado com Brooke.

Em mais uma de suas produções genéricas mais recentes, a Netflix aposta em um elenco estrelado para tentar cativar o seu público. De algum modo esse projeto consegue fazer isso pela simplicidade de um roteiro bem raso, mas que na sua essência traz um debate pontual bem interessante (embora pobremente desenvolvido) sobre as complicações do amor (neste caso, tocando na diferença de idade entre os amantes), sobre sexo e sobre apropriação da sua identidade. O roteiro não é um total desastre, mas poderia ter sido muito melhor aproveitado se tivesse sido melhor direcionado.

Tentando retomar à sua carreira como escritora, Brooke está vivenciando uma fase difícil em sua vida. Enquanto isso, Zara, sua filha, tenta começar uma carreira como assistente de produção de cinema. No entanto, tudo o que ela tem é um vaga como secretária do superastro Chris, que é um ator bastante egocêntrico e intransigente. Após pedir demissão por não ter o seu trabalho devidamente valorizado, Zara está perdida e tudo fica ainda pior quando ela descobre que à sua própria mãe está tendo um caso com o seu ex-chefe. Agora, há farpas espalhadas para todos os lados familiares.

Essa é a premissa que tenta sustentar todo o filme, mas que infelizmente acaba não funcionando totalmente. O grande problema aqui é o fato do roteiro ser inconsistente por não saber exatamente qual das principais subtramas ele devia tratar como prioridade. Os conflitos dramáticos e cômicos que acontecem aqui são frequentemente desconectados, e isso acaba enfraquecendo à sua própria trama, porque não há como estabelecer uma ponte sólida dentro da narrativa. Essa falta de foco acaba trazendo o resultado parcialmente frustrante, mas que ainda sim tem alguns bons momentos.

O lado complexo do estrelato atrapalhando à vida particular de uma celebridade acaba dando o tom da estória, que é mesclada com dramas familiares para que à trama consiga ser alongada e temperada com alguns outros elementos. A essência da ideia é interessante, mas as decisões do roteiro são quase sempre equivocadas e acabam desnorteando à jornada do projeto, que vai ficando mais pedido ao longo do seu tempo de projeção (que aliás, poderia ser bem menor). Eu tive nítida a sensação de que o roteiro ficou bem alongado, considerando à falta de densidade dos temas retratados.

De maneira geral, a comédia não traz tantas piadas. Por outro lado, o drama também segue à mesma linha e, inclusive, desperdiça ótimos momentos para discutir sobre temas mais sensíveis para as mulheres em si, como para as relações entre mães e filhas sobre outros aspectos além do laço maternal. Não há harmonia entre os gêneros, e o filme segue sendo arrastado até o seu clímax que mais parece o final de uma série de televisão com uma qualidade bem duvidosa. O desenvolvimento da trama tem um ritmo legal, mas o modo como isso é feito é piegas, além do seu final entediante.

Nicole Kidman é uma excelente atriz (particularmente falando, é uma das minhas atrizes favoritas), mas ela não tinha como salvar um roteiro tão cheio de problemas. Zac Efron é um ator de qualidade questionável (não preciso falar mais nada). A química entre os seus respectivos personagens é abaixo de zero (mesmo tendo um desenvolvimento de trama relativamente legal) e o início do romance deles é muito constrangedor. A grande surpresa do elenco fica por conta da Joey King, que é extremamente carismática e natural na construção da sua personagem. Kathy Bates faz uma figuração.

Embora tenha uma produção técnica competente, o filme poderia ter sido mais natural e menos artificial (embora essa trama por si só já possa ser considerada como artificial pelo modo como ela vai sendo construída). Há momentos onde tudo é insípido demais para ser apreciado com um melhor gosto. O descompasso entre as cenas fica visualmente claro quando à edição de cenas consegue ser eficiente em alguns momentos, mas em outros momentos é algo mal pensado e brutalmente “cru” pelos cortes e cenários escolhidos. A produção tem orçamento alto e poderia ter feito algo melhor.

Tudo em Família é apenas um entretenimento facilmente esquecível, mas que ainda sim, vale à pena ser assistido pela boa atmosfera e pela leveza que carrega. Escrito por Carrie Solomon (que aqui traz uma dose concentrada de falta de criatividade) e dirigido por Richard LaGravenese com um nível de apatia visível e desmotivante, o projeto tem o selo e o marketing da Netflix para aumentar o catálogo do canal de streaming, e de fato o faz, mas com uma trama insossa, carente de narrativas mais bem desenvolvidas (bem como seus personagens) e um conjunto de piadas bem ineficiente.