Sin duda, es un filme de actuaciones, que no oculta su origen teatral, sin que esto se convierta en una desventaja. Antes bien, nos sitúa completamente en el conflicto interpersonal e interior de los dos personajes protagónicos, sin prestarse a distracciones adicionales. Nos renueva nuestra apreciación de cineastas que hicieron esto en décadas anteriores, como Ingmar Bergman o Joseph Losey, por citar a dos grandes.

Por ello todo ocurre en interiores, bien sea en el apartamento de Anthony o Anne, o en el asilo. Apenas se nos muestra en dos o tres oportunidades, una vista de la calle, y la observamos por la mirada (cámara subjetiva) de Anthony. Y a propósito del espacio, vale destacar tanto la ambientación como la fotografía.

El espacio escénico fue estéticamente concebido para que, a través de la fotografía y los movimientos de cámara, nos sintiéramos como habitantes de él, compartiendo la suerte de sus moradores, particularmente del anciano. Como en todo espacio cerrado (un apartamento), lo que resaltan son sus paredes, pasillos, puertas, mobiliario, que apreciamos por una fotografía lumínica, poco penumbrosa -casi como en pinturas de Edward Hopper-, con planos de conjunto y medios, en movimientos de cámara predominantemente de rotación o fijos.

Undoubtedly, it is a performance film, which does not hide its theatrical origin, without this becoming a disadvantage. Rather, it places us completely in the interpersonal and inner conflict of the two main characters, without lending itself to additional distractions. It renews our appreciation of filmmakers who did this in previous decades, such as Ingmar Bergman or Joseph Losey, to name two greats.

Thus everything takes place indoors, either in Anthony's or Anne's apartment, or in the asylum. On only two or three occasions are we shown a view of the street, and we observe it through Anthony's gaze (subjective camera). As for the space, it is worth mentioning both the setting and the photography.

The scenic space was aesthetically conceived so that, through the photography and camera movements, we feel like inhabitants of it, sharing the fate of its inhabitants, particularly the old man. As in any enclosed space (an apartment), what stands out are its walls, corridors, doors, furniture, which we appreciate through a luminous, dimly lit photography -almost like in paintings by Edward Hopper-, with overall and medium shots, in predominantly rotating or fixed camera movements.

La presentación de la historia, su discurso, está impregnado por una temporalidad muy interior y esencial. Más que tiempo, es tempo, en el sentido psicológico (duración bergsoniana) o musical. Y este es otro componente clave del filme. La música fue hecha por ese compositor contemporáneo de suma simpatía (me incluyo entre los primeros), cuya obra está signada por la presencia del alma, diría James Hillman; me refiero a Ludovico Einaudi. Tanto su música, como otras piezas escogidas (como "Casta Diva" de Bellini), sumergen al filme en un ambiente anímico proclive a la empatía espiritual.

The presentation of the story, its discourse, is impregnated by a very interior and essential temporality. More than time, it is tempo, in the psychological (Bergsonian duration) or musical sense. And this is another key component of the film. The music was made by that contemporary composer of utmost sympathy (I include myself among the former), whose work is marked by the presence of the soul, James Hillman would say; I am referring to Ludovico Einaudi. Both his music, as well as other selected pieces (such as Bellini's "Casta Diva"), submerge the film in a soulful atmosphere prone to spiritual empathy.