Homecoming | Reseña | Review

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Las corporaciones juegan un papel decisivo en el mundo de hoy. Su área de influencia se hace presente en muchos ámbitos de la vida, desde cuestiones cotidianas como el mercadeo de productos hasta temas de mayor calado como la seguridad de las naciones. Hay quienes dicen que el poder real de la sociedad actual recae en estos grupos económicos.

Homecoming (2018) es una serie que nos presenta las dinámicas y contradicciones de este mundo corporativo. Aunque la serie lleva hasta el momento dos temporadas, mi reseña está centrada en los diez capítulos de la primera temporada.

La serie inicia presentándonos a Heidi Bergman (Julia Roberts), trabajadora social encargada de poner en práctica un programa experimental desarrollado por la ficticia corporación Geist Group en sus instalaciones de Homecoming, ubicadas en algún lugar de la Florida.

El objetivo aparente de Homecoming es hacer más fácil el proceso de inserción a la vida civil de los jóvenes norteamericanos que han participado en las recientes guerras del Medio Oriente.

El ambiente en Homecoming es de un control absoluto. Aunque teóricamente los voluntarios que acuden al programa son libres de marcharse cuando quieran, la verdad es que no pueden hacerlo hasta que terminen todas sus sesiones, en al menos dos meses.

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Desde los primeros capítulos comenzamos a tener dudas sobre los verdaderos objetivos de esa institución. Los guionistas nos dejan caer algunas pistas para pensar que en Homecoming hay algo más, algo turbio que va más allá del deseo de ayudar a esos jóvenes víctimas de los traumas ocasionados por la guerra.

Parte de esas dudas las va sembrando Colin Belfast (Bobby Cannavale), el supervisor de Heidi, un personaje que solo se comunica mediante el teléfono, que nunca hace acto de presencia en las instalaciones de Homecoming, y que permanentemente está presionando a Heidi para que no se aparte de la rigurosidad de los protocolos que debe aplicar a los “voluntarios”.

A medida que avanza la trama, la misma Heidi también comienza a sospechar que su trabajo está siendo usado para otros fines distintos a los que ella cree, y con la ayuda de Thomas Carrasco (Shea Whigham), un funcionario de última línea del Ministerio de la Defensa, develaran las verdaderas intenciones de este grupo corporativo…

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Son varias las razones por las que la serie me gustó. Una es su ritmo, está desarrollada a modo de thriller, en cada capítulo se crea la tensión necesaria para mantener la atención del espectador y para crearle las ganas de continuar viendo una vez que concluye el capítulo. Acá no hay momentos muertos que dispersen la atención.

Desde el punto de vista visual también es muy atractiva. La cámara se pasea por la escena de todas las formas posibles, abundan los planos cenitales y contrapicados. Y permanentemente se recurre a la pantalla partida. Un recurso muy eficiente para hacernos sentir que estamos metidos en las conflictivas conversaciones telefónicas que sostienen Heidi y Colin.

También es una serie que presenta temas complejos. Por un lado, el mundo de corrupción que permite la existencia de programas como Homecoming. Acá se experimenta con la mente humana, se cambia la vida de las personas. En Homecomig se alteran las expectativas de vida, y para ello echan mano de compuestos químicos que borran de manera selectiva los recuerdos de la gente.

Son investigaciones que atentan contra la integridad de las personas y que solo pueden ser posibles con la anuencia de las más altas autoridades de la sociedad.

Pero ante el aplastante poder de estas corporaciones, los guionistas nos anteponen la ética de las personas. Heidi, es una mujer honesta, cree que en realidad está ayudando a la gente. Y cuando se da cuenta que las cosas no son así decide jugárselas para ser consecuente con sus valores.

Igual ocurre con el personaje de Thomas, este es un tipo que nadie toma en serio, su jefa lo menosprecia. Es un ser nervioso, se come las uñas. Sus procedimientos son torpes, deja caer las cosas, tropieza con la gente, como si le faltara pericia, como si no supiera muy bien qué hacer. Pero es un hombre tenaz que cree en lo que está haciendo. Gracias a su convicción se toca, aunque sea un poco, la impunidad de los dirigentes de Homecoming.

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Otro aspecto a destacar son las actuaciones, sobre todo las de los cuatro personajes principales.

Julia Roberts hace gala de la experiencia acumulada en su larga vida actoral para meternos en la piel de Heidi, en sus conflictos, en sus dudas y vacilaciones y también en su determinación. Logra construir un personaje con el que es fácil empatizar.

Otra gran actuación es la de Bobby Cannavale. Su interpretación de Colin es magistral. Le da vida a un personaje cínico, sin escrúpulos, que no la piensa dos veces para engañar y manipular con tal de lograr sus objetivos. Su maldad no es vulgar, tiene cierto refinamiento, está rodeada de sutilezas. Y sin embargo, es el tipo al que uno le daría con gusto un par de patadas.

También destacan las actuaciones de Stephan James y Shea Whigham. El primero, en su papel del soldado Walter Cruz, quien estará en la mayor parte de los capítulos como “paciente” de Heidi. Su interpretación nos deja sentir los conflictos y traumas que arrastran estos veteranos de guerra. El segundo, en su papel del burócrata Thomás, también desarrolla un personaje muy solvente, una de esas personas comunes, que siempre pasan desapercibidas, pero que tienen la posibilidad de lograr grandes cambios.

Homecoming es una buena muestra de cómo se puede lograr un producto que entretenga y de para pensar. Ahorita está disponible en Prime, si tienen la oportunidad denle un visionado. Se las recomiendo.

Fuente de imágenes. I II III IV.

Gracias por tu tiempo.

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Corporations play a decisive role in today's world. Their sphere of influence is present in many areas of life, from everyday issues such as product marketing, to major issues such as the security of nations. Some say that the real power in today's society lies with these economic groups.

Homecoming (2018) is a series that presents us with the dynamics and contradictions of this corporate world. Although the series has been running for two seasons so far, my review is focused on the ten chapters of the first season.

The series begins by introducing us to Heidi Bergman (Julia Roberts), a social worker in charge of implementing an experimental program developed by the fictitious Geist Group corporation at its Homecoming facility, located somewhere in Florida.

Homecoming's ostensible goal is to make the process of insertion into civilian life easier for young Americans who have participated in the recent wars in the Middle East.

The atmosphere at Homecoming is one of absolute control. Although theoretically the volunteers who come to the program are free to leave whenever they want, the truth is that they cannot do so until they finish all their sessions, in at least two months.

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From the first chapters we begin to have doubts about the true objectives of this institution. The scriptwriters let us drop some clues to think that in Homecoming there is something else, something shady that goes beyond the desire to help those young victims of the traumas caused by the war.

Part of these doubts are sown by Colin Belfast (Bobby Cannavale), Heidi's supervisor, a character who only communicates by telephone, who never makes an appearance at the Homecoming facilities, and who is constantly pressuring Heidi not to deviate from the rigorous protocols that must be applied to the "volunteers".

As the plot progresses, Heidi herself also begins to suspect that her work is being used for purposes other than what she believes, and with the help of Thomas Carrasco (Shea Whigham), a top official of the Ministry of Defense, they will unveil the true intentions of this corporate group...

There are several reasons why I liked the series. One is its pace, it is developed as a thriller, each chapter creates the necessary tension to keep the viewer's attention and to create the desire to continue watching once the chapter concludes. Here there are no dead moments that disperse the attention.

From the visual point of view it is also very attractive. The camera wanders around the scene in every possible way, there are plenty of overhead and close-ups. And permanently resorts to the split screen. A very efficient resource to make us feel that we are involved in the conflictive telephone conversations that Heidi and Colin have.

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It is also a series that presents complex themes. On the one hand, the world of corruption that allows the existence of programs like Homecoming. Here the human mind is experimented with, people's lives are changed. In Homecomig, life expectations are altered, and for this purpose they use chemical compounds that selectively erase people's memories.

These are investigations that threaten the integrity of people and that can only be possible with the consent of the highest authorities of society.

But in the face of the overwhelming power of these corporations, the screenwriters put people's ethics first. Heidi, an honest woman, believes she is actually helping people. And when she realizes that things are not like that, she decides to take a gamble to be consistent with her values.

The same happens with Thomas' character, this is a guy that nobody takes seriously, his boss looks down on him. He is a nervous, nail biter. His procedures are clumsy, he drops things, he bumps into people, as if he lacks expertise, as if he doesn't quite know what to do. But he is a tenacious man who believes in what he is doing. Thanks to his conviction, the impunity of Homecoming's leaders is touched, if only a little.

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Another highlight is the performances, especially those of the four main characters.
Julia Roberts shows off the experience accumulated in her long acting life to put us in Heidi's shoes, in her conflicts, in her doubts and hesitations and also in her determination. She manages to build a character with whom it is easy to empathize.

Another great performance is that of Bobby Cannavale. His interpretation of Colin is masterful. He gives life to a cynical, unscrupulous character, who does not think twice to deceive and manipulate in order to achieve his goals. His evil is not vulgar, it has a certain refinement, it is surrounded by subtleties. And yet, he's the kind of guy you'd gladly give a couple of kicks to.

Also noteworthy are the performances of Stephan James and Shea Whigham. The former, in his role as Private Walter Cruz, who will be in most of the chapters as Heidi's "patient". His interpretation lets us feel the conflicts and traumas that drag these war veterans. The second, in his role as the bureaucrat Thomás, also develops a very solvent character, one of those common people, who always go unnoticed, but who have the possibility of achieving great changes.

Homecoming is a good example of how to make a product that entertains and gives food for thought. It is now available on Prime, if you have the opportunity, give it a viewing. I recommend it.

Image source. I II III IV.

Thanks for your time.

Translated with DeepL.com (free version)

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Todos tus comentarios son bienvenidos en este sitio. Los leeré con gusto y dedicación.

Hasta una próxima entrega. Gracias.


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Las fotos, la edición digital y los Gifs son de mi autoría.




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2 comments
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Las mejores series son las que nos hacen vivir desde sus personajes dilemas morales. La descripción de los personajes me dice que están bien desarrollados, disfruté de la lectura y me enseñó cosas nuevas sobre los planos @irvinc 😆😉 lo desconocia totalmente.

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Me alegra que te haya sido de utilidad la publicación. Esta serie es muy recomendable, ese tema de las corporaciones y su poder de manipulación siempre está presente. Ojalá puedas verla. Gracias por pasar y comentar querida @soyunasantacruz. Un fuerte abrazo desde Maracay.