Parece que julio fuera un mes en el que falla la matrix, se revuelven los multiversos o yo qué sé. Pero sucede que pasan cosas fuera de lo común.

Fue en julio, hace 6 años que me uní a Steem. Pero no es eso de lo que quiero platicarles hoy.

Sino de todas las peripecias que puedes tener que sortear cuando quieres ir al cine y por un café.

Trataré de recordar cada detalle, que ya pasaron 2 días...

Todo empezó porque queríamos ir a ver la película de Barbie, había muchos cines para elegir y horarios a granel, mi bff me mandó screenshots de todos los habidos y por haber; reducimos las opciones 2 cines de los cuales me decanté por el que está cerca de mi casa porque según yo, el otro no le gustaba a Iliana.

Voy a llegar barridita.

Y así fue, con boleto en mano para la función de las 15:50, llegamos tal vez un poquitín tarde, pero con el margen de los cortos (spoilers), aún estábamos a tiempo. Con celular en mano para mostrar el mentado QR de nuestras entradas preguntamos si podíamos pasar ya a la sala 6 a ver Barbie. "No" - dijo el niño que se veía como de 16 años, - hubo un problema con la pantalla y la están arreglando, pero en un momento queda y les aviso para que pasen.

Yo no quería venir a este cine.

Un par de minutos después fuimos a preguntar si ya podíamos pasar, y nos dijo que ya estaba arreglado pero que estaban limpiando, insistió en que nos avisaría. Error creerle. Cuando volvimos a preguntar ya nos dijo: ¡Sí! Pasen. A lo que yo resongué: ¡Si está empezada voy a venir a reclamar! ... O algo así dije, ya medio molesta.

Desde que entramos a la sala notamos que ya había iniciado la película, al llegar al asiento ya estaba en la parte donde Barbie pregunta si alguna vez han pensado en la muerte.

Ya está muy avanzada.

Cayendo en cuenta que llevaba unos 15 minutos, me enojé y comenté que mejor le reclamábamos al niño, que nos dejara entrar a otra función, de todas maneras no estaría llena la sala (no es un cine muy concurrido). Caí en cuenta que pasamos de "Vamos tarde" a "Llegamos temprano" a "Es tarde", ¡¿Cómo era eso posible?!

Yo no quería venir a este cine.

No dejaba de repetir Iliana. - Checa a qué hora está la siguiente función - Le dije. Y estaba a las 16:30 y precisamente eran las 16:27. Decidida a alegar, salimos de la sala, pero entonces Iliana me dijo:

No digas nada.

Lo dijo medio quedito así que apenas escuché e ignorando mis bajos instintos, me callé y esperé a ver qué le decía ella al niño.

De nuevo con celular en mano mostrando la pantalla donde eliges los asientos para comprar boleto para la función preguntó:

¿En que sala está Barbie de la función de las 4:30?

Con seguridad ante todo. Y el niño contestó que en la sala 7, y todavía Iliana agregó:

¿Para allá?

Apuntando al fondo a la derecha, pero el niño corrigió que para la izquierda.

Gracias.

Y así, sin más, dirigimos a la sala 7. Yo en shock tipo "¿Qué acaba de pasar?" Sin necesidad de alegar, ni nada. Nos salimos con la nuestra muy fácilmente. Llegamos cuando estaban los spoilers de otras películas, nos reímos de nuestra hazaña y yo comenté: "Capaz que el niño está riéndose en la entrada porque nos mandó a otra película". Entonces empezó la película, sí, la de Barbie por fin, y puse un cronómetro para saber cuánto nos habíamos perdido.

Sí valió la pena el berrinche.

Transcurrió la película y todo tranqui (o no). Salimos del cine y estaba el cielo nubladito, supongo que en algún momento entre la sala y el carro, Iliana me preguntó si ya me llevaba a mi casa a lo que respondí que no.

Nos subimos al carro y vi la hora, 18:35, si mal no recuerdo, y dije: "mira, ya casi". Estuvimos un momento más en el carro en lo que te acomodas y eso y... ¡mira 18:37!... Algún día tal vez les cuente la relevancia de esa hora. En fin.

No nos decidíamos de a dónde ir, terminamos en el centro histórico de la ciudad. Entramos primero a un café que no conocíamos, pero estaba muy raro, muy bonito pero raro. Las sillas acomodadas por un pasillo, puertas a cada lado del pasillo pero no se sabía donde tocar para que te atendieran lo del café, además hacía mucho calor para quedarse ahí y mejor nos fuimos.

Llegamos a otro café, el cual tenía nombres muy exóticos en su menú, cosas cósmicas, galácticas, oníricas y demás. Me llamó mucho la atención, pero vi en general puros "chai", y no se me antojó nada, ¡yo quería café! y de nuevo nos fuimos.

Finalmente encontramos un lindo lugar, Café Felicitas, así se llamaba. Una puerta azul.

En cuanto entré me encantó, ¡Tambiéne era galería! Así que aquí les va el foto dump:

Yo tomé todas las fotos, créditos a mi, prros!

Luego de recorrerla toda y tomarle foto a las obras que más me gustaron, ahora así, a ver el menú y tal. Cabe mencionar que la muchacha que atendía era medio peculiar. Peculiar peinado y personalidad. Vestía toda negro y en lugar de "sí" decía "yes".

¿Qué pedimos? Haré memoria. Pedí un latte caramelo en las rocas y un panecillo japonés, Iliana pidió un latte lavanda y un vegansito. Tal parece que los vegansitos son 'a thing', porque también estaban en el café de nombres oníricos.

Qué bonito está afuera.

Efectivamente, los atardeceres nublados, tal vez específicamente de julio, son muy bonitos en mi ciudad. Aunque hacía bastante calor, se me ocurrió decirle a mi amigui si nos tomábamos el café afuera a lo que ella accedió sin titubear. Así que pensé que eso era lo que quería realmente. Error.

Qué calor.

My bff empezó a quejarse del calor y yo a decirle, "pues vámonos para adentro", y ella "que no, que no"... comenzó el segundo berrinche del día. Yo diciendo que nos metamos, ella diciendo que no, yo diciendo, capaz que no nos traigan la orden... Y al rato salió la chica peculiar con nuestra orden, se paró junto a la mesa, bajó las cosas y dijo que no recordaba cual Latte era cuál... "¡Ah, sí, este es el de lavanda!" y me lo dio a mi. "El de lavanda es el de ella"... Repartió también los panecitos y se fue.

No me sabe a lavanda, no sabe a nada.

Prueba el mío.

Tampoco sabe a nada, ni a café.

Probé entonces yo el suyo y dije: "Sí sabe a ramas, es el tuyo este".

Íbamos mas o menos a la mitad de los lattes medio insípidos, el panecito japonés ni tan esponjocito y el vegansito más empalagoso de la galaxia cuando comenzó a llover. Unas gotitas por unos segundos y un aguacero en menos de lo que tardamos a llegar a la puerta.

¡Me salí con la mía!

Dijo la que no se quería meter por más que le insistí. ¿Quién será más orgullosa?

Elegimos una mesa para terminar de comer y ver la lluvia. La chica peculiar rápidamente metió el anuncio del café, en eso llegaron unos amigos suyos a resguardarse. No tardó en pasar volando por los aires un anuncio de otro establecimiento, la lluvia y viento se pusieron intensos.

Y se fue la luz.

Aún quedaba algo de los lattes y los panes. Empezó a hacer calor. Mucho calor. Más para Iliana. Empezamos a alegar que sí traía febrícula, que mi termómetro de mano decía que tenía 37.4, que ella decía que no...

Una familia se acercó a la puerta por fuera para resguardarse un poco de la lluvia, estaba super oscuro así que pensaron que estaba cerrado. Les abrí la puerta para que pasaran. Después dejaron la puerta abierta como para que circulara un poco el aire, pero no circulaba nada... mucho calor.

La lluvia de repente paraba pero la luz aún no volvía. De repente llovía de nuevo. Y así pasó buen rato. En una de esas, Iliana abrió el facebook y le apareció que tenía recuerdos conmigo de ese día y nos dio curiosidad.

Resultó ser una nota de esas de muchas preguntas medio tontonas, tipo chismógrafo. Le dije a ver, voy a leerlas y tú las respondes pero con la respuesta que crees que sea la actual. La nota era del 2009, ¡DOS MIL NUEVE! Muchas respuestas habían cambiado a las de aquél entonces, y empezaba intenso el chismógrafo...

Y cómo han cambiado las cosas desde el 2009... jiji.

Nos reímos demasiado actualizando las respuestas, luego cambiamos para que yo respondiera pero intentando responder lo que ella diría. Fue muy divertido. Creo que no nos sacaron por la risa escandalosa sólo porque estaba diluviando afuera.

¿Cuánto tiempo pasó? No sé. En algún momento Iliana dijo que ya iban a cerrar y nos fuimos. Ya no estaba lloviendo pero aún estaba oscuro por doquier. No regresaba la electricidad.

Nos fuimos esquivando charcos y chorros de agua que caían de las azoteas. Cuidando no caer por un hoyo y ¡adiosamigos!

Tuvimos que cruzar una calle y ya fue irremediable ensoparnos los pies. Iliana sus sandalias blancas, yo mis tenis negros... Al llegar al carro de nuevo tuve que meterme al río de la calle, para poder entrar por la puerta del copiloto.

Aún con todo oscuro, mensajes de nuestros amigos diciendo "no salgan"... de seguro un caos vial por la ciudad. Esas lluvias se ponen terroríficas a veces. Decidimos esperar unos minutos más en el carro. Por lo menos ya con el aire acondicionado del mismo, para platicar otro rato, agusto.

¿A ustedes se les agota el tema de conversación con su mejor amiga?

Luego de que volvió la luz salimos rumbo a mi casa. Y efectivamente, algunos semáforos no funcionaban, árboles caídos... El anuncio de un negocio de autos usados calló sobre sus propios carros y al verlo dije: "Acaba de disminuir el valor de sus carros". Entre otros rastros de desastre como un tinaco en medio de la calle por fin llegamos a mi casa.

Y sigue siendo julio en mi time-zone... ¿Qué deparará agosto?

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Y los dejo una imagen de Barbie tomando café generada con Stable diffusion.

¡Gracias por leer!

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