Come and See (1985): the true horror of war | el verdadero horror de la guerra

One of the most devastating films about war
Una de las películas más devastadoras sobre la guerra

Despite the years that have passed, when we talk about wars, the Second World War continues to be the epitome of war. No armed conflict in history has left a greater impression on the collective memory of humanity than the rise and fall of the Third Reich and Hitler's Germany. Due to the number of deaths, the magnitude of the conflict or the cruelty of the episodes with which it was full, the Second World War is considered the worst possible war nightmare.

A pesar de los años que han transcurrido, cuandos hablamos de guerras, la segunda guerra mundial sigue siendo el epítome de lo bélico. Ningún conflicto armado en la historia ha dejado una impresión mayor en la memoria colectiva de la humanidad que el auge y la caída del Tercer Reich y la Alemania hitleriana. Por la cantidad de muertos, la envergadura de la contienda o por la crueldad de los episodios de los que estuvo llena, la segunda guerra mundial está considerada a peor pesadilla bélica posible.

And although many films have been filmed on the subject, from different approaches and protagonists, many of these films romanticize the war, give a hopeful touch to certain situations and are aimed at showing the triumph of the allies and the presence of heroes in the pages of that disastrous story. The candidness of Guido in La vita è bella, the innocent friendship between Bruno and Shmuel in The Boy in the Striped Pajamas or the evolution from human merchant to savior of Oskr Schindler in the famous film by Steven Spielberg, are examples of bittersweet films that show sad and painful episodes of war, but they also manage to bring smiles and provide a nice message in the midst of so much cruelty. Therefore, if you like those redemptive and hopeful stories in which the good guys win (like the recently released One Life or Saving Private Ryan) the experience of watching Idi i smotri (Come and See) may be disturbing for you. Elem Klimov could have told a heroic story about how the Russians helped the Allied forces defeat the Nazis, but instead, the director and co-screenwriter of this iconic film wanted to leave a testimony - raw, devastating, shocking and unforgettable - about how terrifying war is and how much that victory cost, not only to the Russians but also to humanity.

Y aunque se han filmado muchísimas películas sobre el tema, desde distintos enfoques y protagonistas, muchas de esas películas romantizan la guerra, le dan un toque esperanzador a ciertas situaciones y se orientan a mostrar el triunfo de los aliados y la presencia de héroes en las páginas de esa nefasta historia. La candidez de Guido en La vita è bella, la amistad inocente entre Bruno y Shmuel en The Boy in the Striped Pyjamas o la evolución de mercader humano a salvador de Oskr Schindler en la famosa película de Steven Spielberg, son ejemplos de películas agridulces que muestran episodios tristes y dolorosos de la guerra, pero que también consiguen arrancar sonrisas y brindar un mensaje bonito en medio de tanta crueldad. Por eso, si te gustan esas historias redentoras y esperanzadoras en las que los buenos ganan (como la recientemente estrenada One Life o Saving Private Ryan) la experiencia de ver Idi i smotri (Come and See) te puede resultar perturbadora. Elem Klimov podía haber contado una historia heroica sobre cómo los rusos ayudaron a las fuerzas aliadas a derrotar a los nazis, pero en lugar de eso, el director y co guionista de esta icónica película quiso dejar un testimonio - crudo, devastador, impactante e inolvidable - de lo terrorífica que es la guerra y de lo mucho que costó esa victoria, no sólo a los rusos sino también a la humanidad.

Partisans | Partisanos

The film does not show the great battles, such as that of Stalingrad, but tells the fight of the Belarusian partisans, inhabitants of villages who, with precarious weapons, but a combative spirit, fought against the German army. The fighting was very unequal and that meant the systematic slaughter of all the inhabitants of more than six hundred Belarusian villages (628 to be exact).

La película no muestra las grandes batallas, como la de Stalingrado, sino que cuenta la lucha de los partisanos bielorrusos, habitantes de aldeas que con precariedad de armas, pero espíritu combativo, lucharon contra el ejército alemán. La lucha fue muy desigual y eso significó la matanza sistemática de todos los habitantes de más de seiscientas aldeas bielorrusas (628 para ser exactos).

Instead of telling the story from the perspective of some military leader, the film tells it through the experience of Flyora, a young man of about thirteen or fourteen years old (at most) who lives in one of these villages and who unearths a rifle on a beach in order to earn the right to join the ranks of the partisans. It's 1943, the war is at its peak and Flyora wants to participate in it and defend her homeland. In the midst of the excitement of joining the ranks against his mother's will, Flyora feels proud of himself, but little by little, what he experiences, feels and sees progressively hardens him. Comparing Flyora's face at the beginning of the film with his last close-up is an exercise as shocking as it is terrible: the naive and warm child at the beginning has aged unspeakably in just a few months. All the horror of the war has been concentrated in his eyes, a horror that we have seen with him. Although there are no scenes as visceral as in other films, the sequences of Come and see are full of vertigo, impact, cruelty and, above all, horror. It's not a film that makes you wish that the good guys win but that the war ends, that there are no more wars, that someone stops the hell that men have unleashed on themselves. That is why it has been considered perhaps the best anti-war film ever filmed.

En lugar de contar la historia desde la perspectiva de algún líder militar, la película lo hace a través de la experiencia de Flyora, un joven de unos trece o catorce años (cuando mucho) que vive en una de estas aldeas y que desentierra un fusil en una playa para poder ganarse el derecho de ingresar a las filas de los partisanos. Están en 1943, la guerra está en su apogeo y Flyora quiere participar en ella y defender su patria. En medio de la emoción de unirse a filas en contra de la voluntad de su madre, Flyora se siente orgulloso de sí mismo, pero poco a poco, lo que va experimentando, sintiendo y viendo lo van endureciendo progresivamente. Comparar el rostro de Flyora al inicio del film con su último close-up es un ejercicio tan impactante como terrible: el niño ingenuo y cálido del inicio ha envejecido lo indecible en apenas unos meses. En sus ojos se ha concentrado todo el horror de la guerra, un horror que hemos visto con él. Si bien no hay escenas tan viscerales como en otras películas, las secuencas de Come and see están llenas de vértigo, impacto, crueldad y sobre todo de horror. No es una película que te haga desear que los buenos ganen sino que la guerra acabe, que no haya más guerras, que alguien detenga el infierno que los hombres han desatado contra sí mismos. Por eso ha sido considerada tal vez la mejor película anti-bélica que se haya filmado jamás.

Th progression of Florya's face
La progresión del rostro de Florya

In the scene where the Nazis parade the villagers just for their amusement we feel the humiliation and defeat of the human soul. But there are other sequences that, without being shown directly, can make the viewer close their eyes, stop the movie, or simply get up and not finish it. There are several examples, but two in particular stuck in my eyes and on my skin.

En la escena en la que los nazis hacen desfilar a los aldeanos sólo para su diversión sentimos la humillación y la derrota del alma humana. Pero hay otras secuencias que sin mostrarse directamente pueden hacer que el espectador cierre los ojos, detenga la película o sencillamente se levante y no la termine. Hay varios ejemplos, pero sobre todo dos se me quedaron grabadas en los ojos y en la piel.

The first is the burning of a kind of barn church. The Germans set fire to the wooden building... full of Belarusian villagers. We don't need to see the interior, the charred bodies are not shown. It's enough to hear the screams. The other scene is that of a Belarusian girl who is taken away in a truck full of German soldiers. We know what is going to happen, they don't need to show it and they don't. But then we begin to hear a sad whistle and we see her emerge in the middle of the fog: she is limping, her legs are bloody, bruises on her body and a whistle on her lips... the whistles are the sound of her exhausted breathing passing through of an instrument that the Germans have placed in her mouth. It's the most devastating melody I've ever heard in a movie. And to all this are added real sequences from the concentration camps, chase episodes through the forest, corpses piled up in the back of a house that are shown for just a second, and a very strong sequence in which Flyora repeatedly shoots at a portrait of Adolf Hitler until he stops because... that part is best for you to discover. Without embellishments or heroism, without romanticizing war conflicts and denouncing, showing, honoring and remembering the price of that infamous victory, Come and See portrays, like no other film, the nightmare that was the Second World War and specially the horror of any war.

La primera es la quema de una especie de iglesia/granero. Los alemanes prenden fuego de arriba abajo a la construcción de madera... llena de aldeanos bielorrusos. No necesitamos ver el interior, no se muestran los cuerpos calcinados. Es suficiente con oír los gritos. La otra escena es la de una chica bielorrusa que es llevada en un camión lleno de soldados alemanes. Sabemos lo que va a ocurrir, no hace falta que lo muestren y no lo hacen. Pero luego comenzamos a escuchar un triste silbido y la vemos emerger en medio de la niebla: va cojeando, las piernas ensangrentadas, moretones en el cuerpo y un silbato en sus labios... los silbidos son el sonido de su exhausta respiración pasando a través de instrumento que los alemanes le han colocado en la boca. Es la melodía más asoladora que he oído en una película. Y a todo ello se suman secuencias reales de los campos de concentración, episodios de persecución a través del bosque, cadáveres amontonados en la parte trasera de una casa que son mostrados apenas durante un segundo y una secuencia fuertísima en la que Flyora dispara repetidamente contra un retrato de Adolf Hitler hasta que se detiene porque... esa parte mejor descúbranla ustedes. Sin adornos ni heroísmos, sin romantizar los conflictos bélicos y denunciando, mostrando, honrando y recordando el precio de aquella infame victoria, Come and See retrata, como ninguna otra película, la pesadilla que fue la segunda guerra mundial y en especial el horror de cualquier guerra.

Reseñado por @cristiancaicedo


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4 comments
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I actually hated this film. I don't know why, but I found it profoundly pretentious. I think it was a result of years upon years of hearing how 'horrific' it was. I think it tarnished my expectations of it, after all it felt like every other war film I had seen that wasn't from America.

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I see, I don't remember many war films from other countries, but they might be quite similar. Thanks for reading my post. Greetings.

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😭How sad, I don't think I can bear to watch this movie right now, the cruelty and horror of a real event, it tears my soul, WWII was like the crossroads that satan had with humanity, I saw a trailer and was shocked, in this review I think one of the images that has been marked on my skin is the first one, seeing the horror face of the boy gives me chills, you have to be brave, it looks tempting I must prepare my emotions.

😭Qué triste, no creo que pueda soportar ver esta película en estos momentos, la crueldad y el horror de un hecho real me desgarra el alma, la Segunda Guerra Mundial fue como la encrucijada que tuvo satanás con la humanidad, vi un trailer y quedé impactada.
En esta reseña creo que una de las imágenes que se me ha marcado en la piel es la primera, ver la cara de horror del chico me da escalofríos, hay que ser valiente, se ve tentadora debo preparar mis emociones.

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Sí, es emocionalmente desafiante, sobre todo si eres sensible. Saludos y gracias por leerme.