Ingenio y Superación: la inspiradora historia de El niño que domó al viento.

Observar películas que nos dejen grandes mensajes de vida son la mejor opción para crecer como individuos, cada historia reflejada en el cine es una oportunidad para construir mejores objetivos para la humanidad, además se convierte en el eslabón para reflexionar sobre aspectos que parecen estar en silencio.

En está oportunidad vamos analizar la película "El niño que domó el viento", dirigida por Chiwetel Ejiofor y basada en la historia real de William Kamkwamba, es una conmovedora Historia que nos invita a reflexionar sobre la resiliencia, la creatividad y el poder del conocimiento, reflejada en un pequeño pueblo de Malawi, la historia sigue a un joven que, enfrentando la adversidad y la pobreza, logra construir un molino de viento para proporcionar electricidad y agua a su comunidad, pese a que muchos lo tomaron de burla e incluso lo sentenciaron al fracaso incluso antes de haber iniciado su invento.

A lo largo de la película se nos recalca la importancia de la educación y la innovación en la lucha contra la pobreza, sobre todo mostrarlo al mundo actual que parece olvidar la desidias de otros países.

Desde el inicio, la película establece un contexto de crisis, Malawi enfrenta una severa sequía que afecta la agricultura, la principal fuente de sustento de sus habitantes, por tanto la familia de William, se ve atrapada en un ciclo de desesperación y falta de recursos, para seguir subsistiendo, pese a las circunstancias adversas, William no se rinde y tomando como herramienta su curiosidad innata y su deseo de aprender lo llevan a la biblioteca de su escuela, donde descubre libros sobre energía y tecnología, este acto de búsqueda de conocimiento es fundamental, ya que resalta la idea de que la educación es una herramienta poderosa que puede transformar vidas.

A medida que avanza la historia, se hace evidente que el verdadero enemigo no es solo la sequía, sino la falta de acceso a la educación y a los recursos, ya que algunos materiales que William necesitaba estaban fuera de alcance, pero a pesar de ser un niño, se convierte en un símbolo de esperanza y determinación, porque su capacidad para pensar de manera creativa le permiten idear soluciones a problemas que parecen insuperables.
La construcción del molino de viento no solo representa un logro personal, sino también un acto de resistencia colectiva, el niño no solo busca mejorar su situación, sino también la de su comunidad, lo que subraya la importancia de la colaboración y el apoyo mutuo en tiempos difíciles.